XXVIII
A UN POEMA DE SAN BRUNO
Aun la alta cumbre de la envidia sea
pequeño afán al vuelo de tu pluma,
¡Oh docto Bruno! cuya ardiente suma
de acentos no apagada el tiempo vea.
El canto heroico de tu santa idea
del sagrado Genil la blanca espuma
comunique a ambos mares, y aun presuma
luciente hacerlo en cuanto el sol rodea.
Tu nombre al santo cuya vida cantas,
de hoy más iguale (bien que reverente);
que bien podrá, pues te acrecientas gloria.
Y este culto trofeo que levantas
a su fama, en la tuya se acreciente
aun más allá de la mayor memoria.
Francisco de Trillo y Figueroa