XXI
AL SUCESO DE RUT
Pasos no ciegamente aconsejados,
bien que de sombras ciegas conducidos,
fió a la suerte Rut, desconocidos
del sol, de quien más fueron alumbrados.
No se adquiere la suerte, no los hados
siempre al rigor se hallaron prevenidos;
que tal vez al acento están dormidos
de quien más los recela desvelados.
Los desperdicios que en las rubias eras
no acaso fecundó pródiga suerte,
¿cuánto costar pudieron escarmiento?
No en vano el mar tropieza en las riberas,
aunque tal vez la tierra en sí convierte,
que ya enfrenarle supo un leve acento.
Francisco de Trillo y Figueroa