XVII
RESPONDIENDO A UNA CENSURA QUE HIZO UNA DAMA AL ROMANCE DEL BOTÓN BIEN REDIMIDA
Cándida, hermosa flor, que en la avarienta
zarza, de una censura presumida,
si deshojada no, si no ofendida,
fuiste violada de atención sangrienta.
De tus espinas el rigor fomenta
contra rústica abeja, cuya herida
afanes suda, y a tus pies rendida,
reconozca el honor que la alimenta.
Mas no, que harto castigo se apercibe
quien del néctar suave hace veneno
pisando el áspid por hollar la rosa.
Segura pues de su ignorancia vive;
que no está el fuego de su luz ajeno
porque ignore su luz la mariposa.
Francisco de Trillo y Figueroa