SONETO XXXII
Estos, y bien serán pasos cuitados
Cuanto los dio jamás pie doloroso,
Que ahora dejaré triste y penoso
Con mis amargas lágrimas regados:
Por los más dulces me serán contados
De cuantos en mi duro y trabajoso
Viaje dado habré: breve reposo
En vano procurando a mis cuidados.
No porque amor, o mi fortuna fiera
Alce de mí su mano airada y fuerte,
O ablande un punto la crueldad pasada:
Sino porque a morir parto, y la muerte
Tan cerca va, que a la primer jornada
La alcanzaré, ya que al partir no muera.
Francisco de Figueroa