SONETO XV
Ingrato sol, que grave y enojoso
Extiendes sobre mí tus rayos claros,
Y cuanto menos son de luz avaros,
Tanto te hacen más triste y nubloso:
Yo vi en tu claridad manso reposo
Otro tiempo mejor; ¡mas ay cuán raros
Fueron mis dulces pasos, y cuán caros
Compré los puntos de mi ser gozoso!
En esta noche tenebrosa obscura,
Donde presto envidiosa de mi gloria
Fortuna me arrojó, puedes dejarme.
Da luz, a quien la da, le da ventura,
Que a mí no puedes ya sino causarme
Del antiguo dolor fresca memoria.
Francisco de Figueroa