NOSOTROS DOS
No siempre se puede ser cara o sello al mismo tiempo y al después decir que la fortuna se mide por abismos. Hay un lugar por el cual si entramos o salimos vamos al mismo sitio. Dicen que lo pueblan seres tan distantes los unos de los otros que ya no tienen fondo: lisos ellos se miran sin mirarse, sin advertir que también son substancia de esa otra mirada, la que de ti a mí danza solitaria su existencia. Tú, que traspasaste los últimos lindes; yo, que perseguía tu cuerpo para atraparlo en mi morada. No siempre se puede decir que somos lo que somos, nosotros dos que construimos el cielo a martillazo limpio.
Armando Romero