VIAJE
La luz se va con el tren
silbando, enrollada en humo,
apenas si en las colinas
unta un brillo.
¡Ay! Y nos vamos pensando
lejos, con el tren silbando,
sin movernos ni cansarnos.
¡Ay! Y nos vamos pensando
sin volver adonde estamos.
Se mueve en el cielo un aire
cenizo, lento. Se mueve
un aire sin aire.
Nos moja, al correr, un agua
oscura y tibia. Nos moja
un agua sin agua.
Y el corazón se apresura
o, quién sabe, se detiene
oyendo el silbido que
raya largo, de punta
en la pizarra y nos deja
un calosfrío de infancia...
Así, robando la luz,
seguimos sin llegar
y sin partir.
Xavier Villaurrutia