EL FRÍO
La inocencia reclama su candor
(bajo un monte una luna o lo esperado),
la inocencia está muda (pez, aguárdame),
aquí en esta muralla están las letras.
Acariciar unos senos de nácar,
una caja respira y duele todo,
acariciar esta oculta ceniza,
bajo carmín tus labios suspirando.
No se evaden las almas como pliegos,
ese papel doblado por los bordes,
por lo que más duele si sonríen
cuando la luz escapa sin notarse.
Vicente Aleixandre