A UNA DAMA
Bailas por antojo que al mancebo engríe
y escotada luces dos hechizos fuera,
y en el rubio monte de tu cabellera
una flor de grana bruscamente ríe.
¡Pasas, huyes, tornas y el placer deslíe
fósforo combusto que te pinta ojera,
y tu maridazo mira errar la hoguera
y nada barrunta que le contraríe!
¡Y en el rubio monte de tu cabellera
una flor de grana bruscamente ríe!
Octubre de 1913
Salvador Díaz Mirón