A BLANCA
Tu belleza mirífica no asoma
y en éxtasis escucho tu voz clara,
que llega del jardín cual un aroma,
pero cual un aroma que cantara.
Endulzas con tu acento un mar de acíbar
y en éxtasis escucho tu voz clara,
que viene del amor cual un almíbar,
pero cual un almíbar que cantara.
Octubre de 1913
Salvador Díaz Mirón