ACUARELA
Soberbio mar. Una irritada ola
abre los abanicos de su espuma;
y palmetea con presteza suma
sobre una peña indiferente y sola.
La arena se abrillanta y tornasola,
al halago de Febo que se abruma,
mientras allá... leve girón de bruma
ciñe a la cumbre espiritual aureola.
En las ondas elásticas, las yerbas
retozan y se entregan a la orilla,
entre las ansias de la lucha acerbas.
De pie, sobre la peña, álzase un viejo,
que absorto con su anzuelo y su varilla
sólo atina a pescar un gran cangrejo.
José Santos Chocano