EL BOSQUECILLO
En la mitad de la cercana hacienda
un bosquecillo que al arroyo abona,
al redor de una mísera vivienda
de inmarcesibles flores se corona.
El pino —retemplado centinela—
descuella entre las amplias multitudes;
y, meditando en su destinó, vela:
¡de su tronco quizás dará ataúdes!...
El álamo, abrazado con el pino,
el viento corta qué en las ramas zumba
y vela, meditando en su destino:
¡quizás dará una cruz para la tumba!...
José Santos Chocano