MARINA
Tintas de conchaperla desde el cielo
fórmanle fondo a la disuelta bruma,
en que la ardiente fantasía espuma
paisajes locos con febril desvelo.
Una barca al impulso de su anhelo
entreabre el mar con sutileza suma;
y rasga rapidísima la espuma,
como rasgando de una novia el velo.
La tarde enlobreguece la ribera;
y el astro rey, antes de hundirse a solas
del horizonte tras la azúrea raya,
con un último lampo reverbera
en las arqueadas lenguas de las olas
y en los tendidos peces en la playa...
José Santos Chocano