EN LA MAZMORRA
VI
Robándome la calma un pensamiento,
Como bandido intrépito, me asalta;
Que la razón es el primer tormento,
Como la vida es la primera falta...
Allá en la media noche del cerebro,
Cuando la sombra triunfa y brinca el astro,
Corto mis trabas y mi yugo quiebro
Y el verbo arrojo de profundo rastro...
Mientras tenga una lira bien templada,
Cantando lucharé con los perversos;
Y el vil tirano romperá su espada
En el nudo gordiano de mis versos...
Yo he de caer fatídico y sañudo
Sobre el mismo laúd con que batallo,
Cual cae el gladiador sobre su escudo,
Cual muere el caballero en el caballo...
Yo que, como semilla, en los escombros
Arrojo el verso de potente jugo,
No enlodaré, colgada de mis hombros,
La púrpura imperial de Víctor Hugo...
El mandón, en la capa de la intriga,
Parte embozado, pero no se escapa:
Como David, la compasión me obliga
Sólo a cortarle un trozo de la capa...
Intrigante brutal, queda desnudo
Al luminoso golpe de mi plectro;
Que cuando canto yo, seco y huesudo,
Alzase de su víctima el espectro...
Ácido el gesto y turbia la mirada,
Cuando la copa en el festín apura,
Sueña ver que la punta de una espada
Le señala desde una sepultura...
Como él entre la cárcel del recuerda
Yace humillado, aunque se finge altivo,
Yo soy entre la sombra que me pierdo
Más libre que el mandón, siendo cautivo.
Firme el recuerdo para gloria mía
Ha de robarle al déspota la calma;
Cárcel del cuerpo es la mazmorra fría;
Y el recuerdo tenaz, cárcel del alma.
José Santos Chocano