SALMO DE VIDA
Aunque estemos seguros de que ha de ser en vano
y no se nos espere nada que cosechar,
con un desprendimiento que ennoblezca la mano,
trabajemos el surco y arrojemos el grano...
—¡Aremos en el mar!
Héroe que en cien batallas probaste tu armadura,
sin que ni en una sola llegases a triunfar,
pero que sí supiste destacar tu figura
con perfiles brillantes sobre la suerte obscura:
—¡Aremos en el mar!
Artista que resaltas sobre la muchedumbre
sin que la fama sepa tu nombre pregonar:
si le basta a tu orgullo su aislamiento de cumbre,
ilumina horizontes aunque nieguen tu lumbre...
—¡Aremos en el mar!
Apóstol que no logras que te siga el rebaño,
pero que a defenderle no sabes renunciar,
ni a cuidarle del lobo, ni a librarle de daño,
ni confesarte quieres tu.propio desengaño:
—¡Aremos en el mar!
Héroe, artista o apóstol: la zarza en la cabeza
cobra, al fin, un aspecto de nimbo secular.. ..
No importa el sacrificio de una noble entereza
siempre que sea en aras de la inútil belleza...
—¡Aremos en el mar!
El arca en que hoy debemos esconder el tesoro
para que del Diluvio se consiga salvar,
ha de lucir en popa, fijo en letras de oro,
el quijotesco grito de este lema sonoro:
—¡Aremos en el mar!
José Santos Chocano