CANTO AL MAGDALENA
VII
TARDE EN EL RÍO
A Daniel Arias Argáez
En tanto que el caudal se desenrosca,
tienden tras del bohío las colinas
sus voluptuosas curvas femeninas,
cual perfila un carbón su línea tosca.
Gruñe la selva; y la maraña fosca
trunca, a lo lejos, escombradas ruinas.
Es la larde. Hay sonatas cristalinas;
y en cada guitarrón zumba una mosca.
Zetas pinta una garza sobre el río;
cocuyos en la selva abren su broche;
y un boga, por la orilla, empuja un barco.
Rueda el Sol; y la imagen del bohío
se hunde, por fin, de súbito en la noche,
como se hunde un caimán dentro de un charco.
José Santos Chocano