MANUELITA
(Septiembre de 1856).
Años, siglos, han pasado
Desde aquel fúnebre día
Que tu mano con la mía
Apreté desesperado.
Tu nombre y mi muerte escritos
En mi mano te enseñé,
Y enternecidos noté
Tus bellos ojos benditos.
Tu semblante angelical
Intensa fiebre inflamaba,
Mientras mis venas helaba
Hielo de angustia mortal.
Rafael Pombo