EL CAIMÁN Y LAS MOSCAS
—«Venid a chupar gratis
El néctar de mi boca
Y a tertuliar en ella holgadamente»
Grita un Caimán a un nubarrón de Moscas.
Las Moscas acudieron.
Pues el yantar de gorra,
Aunque dé indigestión, nunca lo excusan
Los prójimos de la orden chupadora.
Acaso algunas ya hartas
Irían de curiosas,
O por no desairar a un personaje
Que tan liberalmente se comporta.
Abrió el Caimán las fauces.
Cual libro de dos hojas,
Y ya que estaban cuajaditas, negras.
Cerró, ¡y adiós! desparecieron todas.
¡Cuidado con ofertas
De ganancias inmódicas!
Hay mil hombres caimanes que no viven
Sino atrapando y engullendo moscas.
Rafael Pombo