EL HOMBRE Y LA MARMOTA
Al despertar la Marmota
De su sueño de seis meses
—«¡Qué vergüenza! —dijo el Hombre—,
¿Por qué duermes tanto, imbécil?»
—«Envidia, más que otra cosa,
De tanto dormir me tienes,
—Ella le responde— y lástima
Es lo único que mereces.
»Prefiero, sí, media vida
Perder en sueño inocente
Y no cual tú en ocio infame
Y en inútiles placeres».
Rafael Pombo