EL MONO AVARO
Viendo un Mono un calabazo
Con grano adentro, metió
La mano a fondo, hasta el brazo,
Y asió un puñado, un puñazo
Tan grande como alcanzó.
No pudo sacarlo así.
Que halló estrecho el agujero;
Y aunque asomó el estanciero
Gritándole te cogí
No aflojó un punto; y primero
Quedó preso y muerto allí.
Así entonces, así amarra
Al avaro su ansia de oro;
Y antes que aflojarla garra
Pierde libertad, decoro,
Y con la vida el tesoro
Que escamota luego el foro
O un tronerón despilfarra.
Rafael Pombo