LA LUZ Y EL ESTORNUDO
La melindrosa Luz quejose al cielo
Del destemplado y bárbaro saludo
Que acostumbraba hacerle el Estornudo
Después de verla boquiabierto y lelo.
—«¿Y quién te obliga —Júpiter contesta—
A ver y sonreír a un majadero?
Si tú no le mirases a él primero,
Él no te diera tan atroz respuesta».
Nueva York, septiembre 25: 1870.
Rafael Pombo