RECUERDO
¡Noches de cielo azul, cuyas estrellas
Sus negros ojos reflejar solían!
¡Brisas que perfumadas me traían
Al labio un rizo de su casta sien!
¡Silencio inspirador en cuyos brazos
Se abandonaban nuestras almas puras,
Y horas sin cuenta, y libres y seguras
Hablaban en su idioma, ebrias de bien!
¡Horizonte sin fin que tantas veces
En éxtasis de fe, puestos de hinojos
Devorábamos juntos con los ojos,
Cual ofrendando el universo a Dios!
¡Sublime creación, templo de templos
En cuyo seno en íntimos cantares
Yo agregaba otro altar a sus altares
Dando en un culto adoración a dos!
¿A qué volvéis para tormento mío,
Si hoy sólo encuentro al circular los ojos.
Bajo las huellas de mi planta abrojos
Y frente a mí desolación mortal?
¿Si aquellos astros se reflejan sólo
Sobre el mar muerto de mi muerta vida?
¿Si esta brisa vital no me convida
Sino a entregarla mi hálito ñnal?
¿Si es hoy aquel silencio el del sepulcro
Do yace el corazón aniquilado?
¿Si ese horizonte inmenso está poblado
De imágenes que insultan mi aflicción?
¿Si cuanto aspiro, y oigo, y palpo, y veo
Es hoy tan sólo para mi un sarcasmo?
¿Si luz, y amor, y vida, y entusiasmo.
Tedio y despecho, y fatalismo son?
Tú, Creación, en tu solemne libro
Con que del hombre el pensamiento pueblas,
Nada me muestras hoy que las tinieblas
Pueda de mi existencia despejar.
Si templo fuiste en que dichoso un día
Deliré amando y medité creyendo,
Hoy, de mi dicha el funeral horrendo
Sólo vengo en tu seno a celebrar.
Un tiempo una mujer me acompañaba,
Sí, y era joven, y entusiasta, y bella,
Hoy, yo infeliz, infortunada es ella;
Cumpliose el mal, el drama se acabó.
¿Los actores do están? ¡Ya, cada uno
Se lanzó solitario en su camino!
...Acaso mi destino es tu destino,
¡Mas tú orarás mientras blasfemo yo!
Bogotá, diciembre 21 : 1854.
Rafael Pombo