ÉXTASIS
¡Cielo azul, astros bellos, aura pura,
Solemne encantadora soledad!
Creación, rinde culto a la hermosura,
Y une tu adoración a mi ternura
Y a mi felicidad.
¡Sobre mi seno amante reclinada,
Enlazados los brazos de los dos,
Mi faz sobre su faz embelesada,
Al través de mis ojos su mirada
Parece viendo a Dios!
Al respirar, devuélveme mi aliento
Mezclado con su aliento de jazmín;
Y sin que hablen las bocas un acento
Grita nuestro silencio un juramento
De amor, de amor sin fin.
Bien posa la castísima doncella
En quien ella ha enseñando a idolatrar:
Siento que soy un ángel junto a ella,
Y ella en mis brazos una santa bella
Que está sobre un altar.
Si alguna vez en sus ardientes vuelos
Fue un alma hasta el dosel de Jehová,
Nuestro sublime amor rasgó los velos
¡Estamos a las puertas de los cielos,
Y vamos a entrar ya!
Todo en nosotros y en redor nos dice:
Este es el paraíso precursor,
Tal soledad la eternidad predice,
Veo la mano de Dios que nos bendice,
Dios pide nuestro amor.
¡Dios, en tu luz, en tu verdad me abismo!
¿En dónde no estás tú que no te ven?
No; donde hay corazón no hay ateísmo,
¡Aquí te siento arder entre mí mismo!
¡Aquí estás en mi Bien...!
Nueva York, diciembre 2: 1855.
Rafael Pombo