TENTACIÓN
La tentación, el ansia, la locura,
la órbita del ojo iluminada
por la pupila turbia y acerada,
fijo astro de ardiente calentura.
Y el árbol de la vida, en su espesura
guardando la manzana deseada,
subiéndola hacia el cielo, aprisionada
en una verde llama hacia la altura...
Y Adán tendió su mano enfebrecida,
hundió sus labios rojos en la pulpa
que en un blanco crujido se entregaba.
Y todo fue dolor, oh Dios. La culpa
se fundió con el hombre y con su vida.
El ansia se colmó... Y Adán lloraba.
Rafael Morales