Pudiste resistir en la primera línea solo.
Esa senda no la ha vuelto a tomar nadie.
Eres el último.
Porque es arduo
mantenerse,
arduo abandonarse,
arduo soportar lo enorme,
arduo no pertenecer al grito,
arduo asirse al idioma en el límite,
arduo saber que las palabras no protegen
y andar así cumpliendo, en sigilo, sin razones.
Rafael Cadenas