REINVENTAR EL AMOR
II
En el borde de una cama de latón
una muchacha rubia se pinta las uñas de azul
mientras las luces de la madrugada entibian
los vidrios sucios de su única ventana.
El agua corre en el baño
y su mesa de noche es una naturaleza muerta
de algún primitivista neoyorkino.
Mientras en la radio tocan una marcha fúnebre
ella se sienta frente al espejo.
Descansa el cuerpo del presidente en un patio de cemento.
Sus aves cantan en las alamedas,
arrasan con los jardines.
El telégrafo da a las capitales del mundo un retrato con
los labios partidos
sangre negra en las solapas de su sobretodo abierto.
Y en los salones las damas de dejan apretar un poco más
por los transpirados caballeros.
Roberto Bolaño