GRANITOS DE ARENA
XVII
En tu mundo no casan los objetos
con el nido habitual de su tamaño.
Tú ahílas los camellos y los hombres;
el galope del viento y sus caballos;
las gacelas, las nubes y el sollozo
en tu convexo espejo esmerilado.
Y tienen de los géiseres altivos
el pensamiento de su vena en alto.
Y sus postes se aguzan anhelantes
como subidos en inmensos zancos
que la distancia enturbia y emborrona
vistiendo sus perfiles con andrajos.
Aquí la luz se burla de los seres
convirtiendo el acorde de sus rasgos
en un montón difuso de aletones
y rigidez de péndulo parado.
Y es que tu afán de vuelo se deforma
en un bosque de mástiles alados.
Pedro García Cabrera