DESCARTES PARA LA MUERTE
Como cartas de baraja
están formados los presos.
Vienen pasando revista
hombres vestidos de negro
que traen un as de espadas
atravesado en el ceño
y una escalera de bastos
subiendo a su pensamiento.
Buscan descartar las filas
de nuestros oros risueños
con un acíbar en copas
de sombríos tintineos.
Si se plantan ante ti
y señalan con el dedo
tu vertical medirá
la nieve de un signo menos.
Contra su jaque de alfiles
no hay enroques halagüeños.
Es la inquietud quien preside
estos mudos parlamentos
en cuyos grises escaños
se desmelenan los retos
de la venganza que ansía
saldar escollos de reos.
A cualquier hora del día
se repite el mismo juego.
Surge leve la pesquisa
de puntillas sobre fieltros
y rechinan las ganzúas
cumpliendo su ministerio.
La misma sombra se mueve
con un vaivén de sabueso,
ya medio desengrudada
de la intimidad del cuerpo.
Y va girando la noria
con sus cangilones llenos
de los vidrios del agravio
y agudos resentimientos.
Ay de ti si te simulan
guarida de bandolero
o te creyeran bengala
de algún pálido cortejo.
Tendrás que decirle adiós
a la camisa y al cuello.
Y hasta a nuestros propios piojos
retorcerán el pescuezo.
Pedro García Cabrera