TODO LO TUYO ES ORDEN
Nada es en ti lejano. Tus recuerdos
no sobrepasan nunca las fronteras
y son vasallos fieles que se funden
al modo de dormir de tus colinas.
No se apartan de ti. Son como aludes,
derramados por todo tu albedrío,
que aprietan más el nudo que en tu vida
te hiciste con montañas sin amores.
Y como tus recuerdos, tu ternura,
ese tu acento de paloma o ángel,
tu instinto de atalaya, tus deseos
de estar realizada en tus declives,
tu voluntad de ser tu propia presa,
de encerrarte contigo en tu regazo
y de que las distancias te adivinen
ángel espectador de alas plegadas
en la orilla final del movimiento.
Pedro García Cabrera