DISCIPLINADO EMPEÑO DE TI MISMA
La ley es para ti el acantilado.
El cálculo, la norma, el precipicio,
tu única armonía. Tu amor, amor
de ángulo y compás. Más allá de tu suerte
no es la isla. Ni un ventanal abierto.
Con tus libros al día. Sin un anti.
En tu geometría no hay dialéctica.
Sólo una arteria, una compacta masa.
Un principio, un axioma sin variantes.
Sólo tienes un nombre y una pauta.
Pedro García Cabrera