Papá no murió como mueren los demás,
no se fue como el tío Luis,
no está en el cielo, se quedó conmigo.
Sus pasos en la escalera, todos los días a las diez de la noche,
siguen estando
pero sin ruido,
me siguen a cualquier lugar.
Al pasar de los años parece otro,
puede estar sin cartera,
no se enoja cuando llego tarde o fumo
ni le importa si el café está frío.
También se quedó con mamá,
ella le avisa cuando va a salir,
platica anécdotas pasadas
como si aún estuviera.
No entiendo si sigue un poco vivo
o si nosotras morimos un poco con él.
Teresa Esparza Oteo
Publicado en el poemario Desde lo Cotidiano, Amarillo Editores. http://www.amarilloeditores.com