INGRATA: ¿No sabes recordarme?
Te reclamo mi misquiñahui, porque mi soncollay
Sigue sufriendo y
No encuentra ningún consuelo a mi pena.
Urpichallay, mi ingrata,
ni siquiera tú te apiadas,
Ni te acuerdas de ninguna de tus promesas.
Que fueron ciertas.
De besos que fueron sólo mis caros deseos
Recuerdas te encontré durmiendo
Acaricie tu pelo y me abrigó tu pecho.
Amamos antes a otros, fueron errores de la vida.
No fuimos los primeros, pero seríamos los últimos.
Por eso en cielos y playas: te espero.
Reímos juntos, ¿fuimos felices?
¿Es hora de encontrarnos?
O debo convencerme que no me quieres nada.
¿Misquiñahui, cuando reiremos juntos?
No me digas adiós en silencio
Es otra verdad. Que pasa el tiempo
Y no regreso a verte porque aún no puedo.
El señor del Urubamba, ¿Aún nos espera?
Mi amor se quedó contigo. Yo no tengo nada.
Solo tu recuerdo y a veces tu voz.
El camino y mis pasos pueden volver a llevarme.
Al azul de tu cielo,
Y al frío de tu corazón que no se ha conmovido.
Todo demora pero llegaran a desandarse mis pasos.
Mis ojos apagados, están aún más tristes.
No me digas adiós con tu silencio.
Recuerdo bien un beso tuyo,
cuando una lagrima recordó a mi abuelo y
Me consolaste. Recuerdo bien un beso mío,
Forzado corriendo al taxi que me esperaba.
Recuerdo tus sonrisas, bajo tu sombrero,
Cuando tu poncho y mi rosa roja en tu mano
Reían como nosotros bajo el sol del desfile.
Sí, hasta que me muera, te hablaré de mi amor y
De mis ganas de atarme a tu lado.
Mi misquiñahui, recuerdo tu dulce voz y
no puedo creer que puedas olvidarme
¿Porqué sólo esperas que te llame y no me llamas?
Lima (Perú) 30 de julio de 2001
Luis Esteban Slée-Egúsquiza