LA CIUDAD
I
Para tus pies asfalto, que no era.
Para tus manos, otras amapolas.
Para tus ojos, que contemplan mieses,
Obras gigantes y constantes gentes.
Gritos sin atender para tu boca.
Yo siempre te diré que te equivocas
En ir a la ciudad por la cosecha.
II
Y por las calles que dejaste a oscuras,
Hechas rastrojo, apenas hay espigas.
Cañas cortadas hay, cañas de paja.
Cañas, que suenan cuando se las pisa,
Pero que al poco, y con dolor, se callan.
Y por las calles hay, bajo la luna,
El sacrificio de las mudas cañas.
Rafael Dedi