CÁLMATE, CORAZÓN
... paciencia, corazón ¡ tan intenso has vivido el dolor!
Cálmate.
Mira la luz, no se impacienta, tampoco el mar, y el aire llega limpio
de los montes al atardecer. Respira, respira y siente, corazón. Piensa en tu fuerza,
en cómo el mundo te ha increpado y en cómo has luchado y aguantado el combate.
Es verdad que el dolor se hace ingente en las urbes, que surge por entre las hiedras
de la esclavitud y excita y sacia con pasión la sangres.
Quieto, pues, y no te apresures porque ambos hemos aprendido a llorar.
Nos toca ahora preservar la paciencia y aceptar con sosiego el ruido de los pájaros,
nos toca sentir y saber, corazón. Por eso, por eso hemos estado huyendo
de quienes éramos.
Orión de Panthoseas