¡QUIÉREME!
¡Quiéreme!
busca mi calor en esas fuentes
donde mana el agua como torrente,
y los silencios, son gotas silentes
que caen en aguas, donde el alma duerme.
¡Quiéreme!
y vigila mis manos, si se estremecen
con el temblor de un miedo naciente,
y si ves que mi alma atrás se vuelve
con tu mano, calma mi frente.
¡Quiéreme!
e indaga, porque en mi cerrada mente,
ya las palabras no son suficientes
para expresar, que el corazón siente
que ya el amor, tan solo es muerte.
¡Quiéreme… quiéreme hoy, profundamente!
Olga San Isidro