¡SOY PRIVILEGIADA!
I
¡Dicen que Dios me dio…!
el calor que en él guardaba,
el blanco color de las rosas
y el verde de las esmeraldas,
el bello vuelo del colibrí
y el canto de la cigarra,
para escribir los versos
que iban a llenar mi alma,
con los hechizos de amor
que me darían las hadas.
¡Dicen, que Dios me dio…!
el rocío de las mañanas,
el sol de la media tarde
y sueños de madrugada,
el cobijo de las sombras
y el don de la palabra,
los colores del arco iris
y el viento de tramontana,
la dulzura de una mariposa
y el aroma de la albahaca.
II
¡Dicen, que Dios me dio…!
un alma para llenarla…
de sueños y de quimeras…
de ilusiones y esperanzas,
con el color de las flores
que crecen en las cañadas,
para que al usar sus colores
las palabras subyugaran,
a todos aquellos corazones
que heridos, sin rumbo vagan.
¡Dicen, que Dios me dio…!
yo, no encuentro nada,
que tan solo soy mujer…
una mas, entre tantas,
no me dio la valentía
para la palabra usarla,
ni me otorgo claridad
para poder emplearla,
con el sentir del corazón
encendido como las llamas.
Olga San Isidro