EL DULCE
Es inacabable el sabor de sus labios,
es el transitar por un camino de lunas y soles,
de madreselvas y nardos,
de redondas y filudas rocas hasta que me agota el aire.
Es la imagen de un chocolate pegado a tu cuerpo,
como si me llamase y me dijese Amor,
y entre cada uno de sus besos me dijese Ama,
y cada beso fuese un: Te Amo.
Su sabor a girasoles y rosas, a olivo y a verdad,
me transplanta en un terreno más bello que el cielo,
y como si fuese poco
me invita a entrar a su corazón,
Te Amo por bella y por dulce.
Marco Antonio López Pozo