GATOS
Vuelvo a casa
tras unos días
fuera.
Bajo a por tabaco,
y al salir
de la cafetería
observo,
con un cigarrillo
reposando entre
los labios,
que los colores
del restaurante contiguo
y los de mi propia
casa,
se me antojan
distintos.
Al tiempo voy
a despedirme
de mi preciosa
novia,
con zapatos
y con la camisa por dentro,
azotado
por el calor de julio,
la beso,
—Te quiero—
dice.
Vuelvo a mi casa
con dos sonrisas.
Pasan las horas,
y me veo en el
balcón
prendiendo un
enésimo cigarro,
en calzoncillos
exhalo el humo,
y veo
en el edificio de
en frente
un hombre
también en
calzones,
mirando a
la gente pasar,
el sol acostarse,
el calor cesar.
Todos los gatos
en sus balcones
y en calzones.
F. Javier Gil Segura