VEINTE AÑOS Y MEDIO
Estamos tan cansados
que nos rebelamos,
nos rebelamos contra
nosotros mismos.
Nos ponemos a prueba, arañando
las aceras,
rozando el limite
de las drogas,
de las carcajadas con amigos.
Tensamos situaciones,
y esperamos a ver si alguien
da el paso,
si alguien nos parte la cara.
Pagamos por experiencias,
pagamos por saborear lo desconocido,
y por abrazar nuestros temores,
a solas,
y darles un motivo para que se calmen.
Que se esfumen.
Llevamos nuestro sistema de vida
al límite, para reírnos de él,
para después,
cuando volvamos a casa,
y la oscuridad irrumpa en nuestra habitación,
dejar caer un par de lágrimas en la almohada
que nunca nos falta.
F. Javier Gil Segura