LA HELECHA DE DON RAMÓN
Cuando llegué a esta casa
Los techos altos me asombraron
Y la helecha de varios metros
Dominaba el paso entre los pasillos.
Bajo sus hojas, a un costado,
Debajo de la escalera de la azotea,
a resguardo de vaya a saber qué,
Don Ramón miraba tele.
Habiendo tanta casa,
Se sentaba bajo la helecha
A mirar un televisor medio escondido,
A vigilar por ambos lados.
Durante años, en esas tardes
Donde la soledad nos hace
más perceptivos, vi a don Ramón
Sereno, sentado en su sitio.
Mientras sus hijos, ahora grandes,
Correteaban por los pasillos,
Sin apenas molestarlo,
Inmutable, seguro triunfante.
No le gustó cuando quité
El soporte del televisor.
Ni tampoco cuando abrí
una gran ventana en la sala,
lo siento Ramón, ya es hora,
sus hijos ya van pa viejos
y yo también, que deje
de visitarme, de mover cosas
De empujar la gente
que me visita
de querer que esté solo,
tan solo, solo pa acompañarme...
Andrés Sergio Chosed