UN PERRO LLAMADO PERRO
Perro bravo, que en el patio estaba
Separando la casa de Don Ramón.
De la de sus hijos, algunos,
no todos, no siempre.
Al fondo de mi patio al que llamo
ahora el jardín de los aloes,
conejos y gallinas se peleaban
por ensuciarlo y matar su tierra.
Al perro llamaban perro, solo eso
y no nos dejó entrar hasta el otro día,
cuando vió que ya no hacia falta
y aceptó su nuevo destino.
Un sobrino que dicen que heredó
la posibilidad de controlar a perro,
Que, cosa curiosa, dejaba que
las gallinas y conejos deambularan.
Luego los bloques torpemente colocados
desde adentro, entonces, definitivamente
su casa Ramón, fue la mia
y Perro y sus hijos del otro lado.
Andrés Sergio Chosed