XCII
AGÜERO DE LUTO
Cubre mi frente ya la espesa bruma
de la tarde que lanzan los regajos
de la vida; vapor es de trabajos
del sufrimiento. Al corazón abruma
con hebras de agua helada que rezuma
de su seno; con ellas los cascajos
baña de la ilusión y espumarajos
fragua donde esperanza se me esfuma.
Cuando salga mi luna no he de verla
blanca brillar sobre mi negra ruta,
del anillo del dedo de Dios perla,
que va marcando de su mano enjuta
el golpe soberano hasta ponerla
sobre mi frente que el agüero enluta.
De Oviedo a León, 7-XI-1910.
Miguel de Unamuno