XLIX
SUEÑO FINAL
Salmo CXXVII 2. 1
Carlyle
Álzame al Padre en tus brazos, Madre de Gracia,
y ponme en los de Él para que en ellos duerma
el alma que de no dormir está ya enferma,
su fe, con los insomnios de la duda, lacia.
Haz que me dé, a su amado, sueño que no sacia
y a su calor se funda mi alma como esperma,
pues tan sólo en el sueño, a su calor se merma
de este vano vivir la diabólica audacia.
Este amargo pan de dolores pide sueño,
sueño en los brazos del Señor donde la cuna
se mece lenta que hizo de aquel santo leño
de dolor. Ese sueño es mística laguna
que en eterno bautismo de riego abrileño
con su hermana la muerte la vida readuna.
Salamanca, 30-IX-1910.
Miguel de Unamuno
1 Dice el versillo 2 del Salmo CXXVII: «Por demás os es el madrugar a levantaros, el veniros tarde a reposar, el comer pan de dolores; pues a su amado dará Dios sueño». (Nota del Autor)