XXIII
FRENTE A ORDUÑA
Al trasponer tus peñas, vieja Orduña,
sobre el fresco verdor de los maíces
los amarillos trigos que raíces
prenden en la llanada de la Armuña
llenaban mi memoria, la que acuña
los pasos venturosos e infelices,
y que al igual de triunfos los deslices
del corazón con avaricia empuña.
Es Vizcaya en Castilla mi consuelo
y añoro en mi Vizcaya mi Castilla;
¡oh, si el verdor casara de mi suelo
y el mar que canta en su riscosa orilla
con el redondo páramo en que el cielo
ante un sol se abre que desnudo brilla!
En el tren, de Bilbao a Salamanca, frente a Orduña, 20-IX-1910.
Miguel de Unamuno