LA VACA CIEGA
Del catalán, de Juan Maragall
En los troncos topando de cabeza,
hacia el agua avanzando vagarosa
del todo sola va la vaca. Es ciega.
De una pedrada harto certera un ojo
le ha deshecho el boyero y en el otro
se le ha puesto una tela: es vaca ciega.
Va a abrevarse a la fuente en que solía
mas no, cual otras veces, con firmeza,
ni con sus compañeras, sino sola.
Sus hermanas por lomas y encañadas,
por silencio de prados y riberas
hacen sonar la esquila mientras pastan
yerba fresca al azar, ella caería.
Topa de morro en la gastada pila,
afrentada se arredra, pero torna,
dobla la frente al agua y bebe en calma.
Poco y casi sin sed; después levanta
al cielo, enorme, la testuz cornuda
con gesto de tragedia, parpadea
sobre las muertas niñas y se vuelve
bajo el ardiente sol, de lumbre huérfana,
por sendas que no olvida vacilando,
blandiendo en languidez la larga cola.
[1900]
Miguel de Unamuno