PERU Y MARICHU
Recuerdo un cuento que de niño
oí contar;
cómo Peru y Marichu levantaron
una casa de sal.
Cayó del cielo en lluvia el agua,
se fue el hogar;
lo arrastró derretido por la tierra
y lo más se fue al mar.
Los cuentos de la infancia dejan
siempre su sal;
el agua de los años nos los lleva
del olvido a la mar,
pero queda del alma en el fondo,
queda el solar
salado para siempre con el jugo
de aquella dulce edad.
Si la sal de su infancia pierde el alma
¿quién nos la salará?
[Dic. 1906]
Miguel de Unamuno