LA TORRE DE MONTERREY
A LA LUZ DE LA LUNA
Torre de Monterrey, cuadrada torre,
que miras desfilar hombres y días,
tú me hablas del pasado y del futuro
Renacimiento.
De día el sol te dora y a sus rayos
se aduermen tus recuerdos vagarosos,
te enjalbega la Luna por las noches
y se despiertan.
Velas tú por el día, enajenada,
confundida en la luz que en sí te sume,
y en las oscuras noches te sumerges
en la inconciencia.
Mas la Luna en unción dulce al tocarte
despiertas de la muerte y de la vida,
y en lo eterno te sueñas y revives
en tu hermosura.
¡Cuántas noches, mi torre, no te he visto
a la unción de la Luna melancólica
despertar en mi pecho los recuerdos
de tras la vida!
De la Luna la unción por arte mágica
derrite la materia de las cosas,
y su alma queda así, flotante y libre,
libre en el sueño.
Renacer me he sentido a tu presencia,
torre de Monterrey, cuando la Luna
de tus piedras los sueños libertaba
y ellas cedían.
Y un mundo inmaterial, todo de sueño,
de libertad, de amor, sin ley de piedra,
mundo de luz de luna confidente
soñar me hiciste.
Torre de Monterrey, dime, mi torre,
¿tras de h muerte el Sol brutal se oculta
o es la Luna, la Luna compasiva,
del sueño madre?
¿Es ley de piedra o libertad de ensueño
lo que al volver las almas a encontrarse
las unirá para formar la eterna
torre de gloria?
Torre de Monterrey, soñada torre,
que mis ensueños madurar has visto,
tú me hablas del pasado y del futuro
Renacimiento.
[1906]
Miguel de Unamuno