UN ECO DE AUSONIO
Eternamente vivamos
como vivimos ahora:
con las almas confundidas
en un éxtasis de gloria,
enlacemos nuestros brazos
y juntemos nuestras bocas.
Sin que pasen ilusiones,
vengan y pasen las horas;
y aunque el tiempo nos convierta
en mi sombra y en tu sombra,
tú me veas siempre joven,
yo te vea siempre hermosa.
Manuel González Prada