SERENIDAD
Ni respuesta ni murmullo
a los tiros del malvado:
marcha sereno, escudado
en el broquel del orgullo.
Siempre en el rostro del bueno
escupió la turba esclava.
El hombre tiene su baba
como el reptil su veneno.
Niega al ruin el torpe gozo
de arrancarte humilde queja:
al cobarde armas deja
el lamento y el sollozo.
Muestra calma y alegría
en el dolor y la muerte:
es del altivo y del fuerte
sonreír en la agonía.
Manuel González Prada