EL LIBERTADOR
¡Cuán otro el que misión hercúlea y santa
Corona, y vence la difícil meta!
Él defiende a los débiles; él reta
Y postra al monstruo que a la tierra espanta.
Doquiera el brazo vengador levanta
Tiérnblale el malo, el bueno lo respeta;
Inconmovible como antiguo atleta
Doquier repose la segura planta.
A otra generación, envanecido,
"¡Le vi!" dirá el anciano. Envidia impura
Acallará impotente su bramido.
El héroe pasa, el beneficio dura,
y en la mente de un pueblo agradecido
Crece incorpórea la inmortal figura.
Miguel Antonio Caro